Conforme se produjo la repoblación
de Jorquera, algunos
de sus "barrios" llegaron a tener la suficiente entidad
económica y demográfica como para que sus vecindarios
consiguieran independizarse de la capital jurisdiccional. En los
años que siguieron, la villa vería apartarse de ella
algunas de las aldeas que se habían alimentado de su seno.
En cierto modo la tierra de Jorquera será la
historia de un despojo, cuyos primeros efectos se dejaron sentir
a lo largo
de la segunda mitad del siglo XIII y durante todo el siguiente.
La primera población en separarse
fue Ves, al serle concedido el privilegio de villazgo en 1.272
por Alfonso X. Su vecina Alcalá del Júcar lo
consiguió en 1.364, año en que
se apartó de su jurisdicción, mientras que Carcelén,
en 1.398, pasó a integrarse definitivamente en un señorío
aparte.
A pesar de todos estos cambios jurisdiccionales internos, exclusivos
de estas villas, todas ellas (Carcelén aparte)
continuaron integradas en la amplia demarcación que conformaba el Señorío
de Villena, donde, a grandes rasgos, sus destinos corrieron la suerte
común del resto de los pueblos que lo configuraban.
La desmembración del inmenso municipio
de Jorquera daría
lugar, pasados los años, a otras tres demarcaciones: la tierra
de Ves, con capital en la citada villa, el Señorío
de Villatoya y el Señorío
de Carcelén.
José Manuel Almendros Toledo
Cronista Comarcal
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