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El Valle del Júcar es una excelente vía de comunicación
entre tierras levantinas y mesetarias. Esta permeabilidad geográfica
ha sido causa, desde siempre de un continuo trasvase de mutuas influencias
culturales, políticas y económicas. Pero, también
por ser zona de contactos, las vicisitudes derivadas de nuestra
conflictiva historia nacional, las han llevado frecuentemente a
situaciones políticas y bélicas antagónicas.
Para la defensa de los límites entre ambas tierras ribereñas,
fue necesario sembrar todo el cauce del río de un rosario
de núcleos fortificados, entre los que tenemos que destacar
forzosamente las villas de Ves, Alcalá del Júcar,
Carcelén, y las fortalezas, hoy prácticamente irreconocibles,
de Cubas y Garadén, situadas al nordeste de la actual provincia
de Albacete y fronterizas con el antiguo Reino de Valencia.
Precisamente fue por esta tierra albacetense por donde se iniciaría
la reconquista cristiana (1.211), de la mano del rey Alfonso VIII.
Perdidas de nuevo por los cristianos en manos musulmanas, un año
después tuvo que volver el monarca sobre sus pasos para recuperarlas,
hecho que nos describe la crónica con las siguientes palabras:
"...fue el rey Don Alonso con gientes de Madrit, e de Guadalaxara,
e de Hupete, e de Cuenca, e de Uclés, e con los ricos-hombres,
e prisieron a Jorquera, e a las cuevas (Garadén o Cubas),
e Alcalá e otros castiellos..."
Definitivamente reconquistadas, estas tierras fueron agregadas
a la circunscripción de Cuenca y puestas en posesión
de varios caballeros.
El domingo 30 de mayo de 1.266, por un privilegio de Alfonso X,
dado en Sevilla, se configuró territorialmente el concejo
de Jorquera, amplia demarcación a la
que se agregaron como aldeas algunas plazas amuralladas como Ves,
Alcalá del Río, Carcelén y
otros núcleos habitados en las planicies,
de los que sólo conocemos sus nombres, y en la actualidad
ilocalizables, ya que pronto se despoblaron.
Toda esta dilatada comarca nororiental,
hoy albacetense, pasó
a integrarse dentro del gran conjunto territorial de los Manuel,
que fue el Señorío de Villena.
Siendo titular del Señorío Don Juan Manuel, por su
albalá de 23 de mayo de 1.309, dada en Villar de Cantos (Cuenca),
concedió a Jorquera los mismos privilegios que gozaba Chinchilla,
con el ánimo de favorecer su repoblación. Juan II
los confirmaría en San Martín de Valdeigle-sias el
2 de octubre de 1.420, y sucesivamente lo harían los Reyes
Católicos en 1.496, Felipe II en 1.570 y otros monarcas.
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